El aeropuerto de Abéché no es más que una sala relativamente grande que cumple las funciones de puerta de embarque, hall y punto de encuentro social. En esta sala el viajero europeo podría pasarse días enteros sin aburrirse.
A primera hora, sobre las 7, se puede ver la instalación de los “mostradores de chek-in”, el sofisticado modelo occidental aquí se sustituye por una mesa plegable de camping. En ella se instala el gran jefe, normalmente un señor mayor que suele ser africano con 3o 4 chicos jóvenes que realizan tareas varias. Las armas del gran jefe son dos: la lista de pasajeros y una báscula. Si tu nombre no está en la primera o tu equipaje supera los 15 quilos en la segunda, empiezan los problemas, las negociaciones y la consabida multa.
Si no estás en la lista, tienes dos opciones: pagar la multa en cuestión (eso nunca!) o bien hacer creer al gran jefe que desistes, colarte a la pista de despegue y hablar directamente con los pilotos. Si hay espacio en las avionetas, los pilotos no tienen ningún problema en llevarte… siempre y cuando estén invitados a la próxima fiesta de turno. Cabe destacar que los vuelos internos son gratuitos para los trabajadores humanitarios, ya que están operados por Naciones Unidas u otras ONG.
Su segunda arma, la balanza, es más difícil de combatir… En estos vuelos sólo estas autorizado a llevar 15 kilos. Es curioso que lleves lo que lleves en la mochila, la balanza siempre marca 14,5 kilos, lo que provoca que el gran jefe te mire con cara de pocos amigos y te amenace con una posible multa para la próxima vez.
Los asistentes del gran jefe tienen un sinfín de funciones que todavía no he conseguido descifrar… pesan el equipaje y lo cargan en el avión pero no lo transportan hasta el avión, te dan una pegatina que te autoriza a viajar pero antes de confirmar que estás en la famosa lista, te ofrecen bebida pero te indican que debes comprarla en el pueblo, gritan el destino del próximo vuelo sólo para confirmar la gente que está esperando dicho vuelo… eso si, siempre se parten de risa cuando les haces cualquier pregunta para acabar contestando “oui”, sin que lo que preguntes tenga ninguna importancia…
Seguiremos informando…
A primera hora, sobre las 7, se puede ver la instalación de los “mostradores de chek-in”, el sofisticado modelo occidental aquí se sustituye por una mesa plegable de camping. En ella se instala el gran jefe, normalmente un señor mayor que suele ser africano con 3o 4 chicos jóvenes que realizan tareas varias. Las armas del gran jefe son dos: la lista de pasajeros y una báscula. Si tu nombre no está en la primera o tu equipaje supera los 15 quilos en la segunda, empiezan los problemas, las negociaciones y la consabida multa.
Si no estás en la lista, tienes dos opciones: pagar la multa en cuestión (eso nunca!) o bien hacer creer al gran jefe que desistes, colarte a la pista de despegue y hablar directamente con los pilotos. Si hay espacio en las avionetas, los pilotos no tienen ningún problema en llevarte… siempre y cuando estén invitados a la próxima fiesta de turno. Cabe destacar que los vuelos internos son gratuitos para los trabajadores humanitarios, ya que están operados por Naciones Unidas u otras ONG.
Su segunda arma, la balanza, es más difícil de combatir… En estos vuelos sólo estas autorizado a llevar 15 kilos. Es curioso que lleves lo que lleves en la mochila, la balanza siempre marca 14,5 kilos, lo que provoca que el gran jefe te mire con cara de pocos amigos y te amenace con una posible multa para la próxima vez.
Los asistentes del gran jefe tienen un sinfín de funciones que todavía no he conseguido descifrar… pesan el equipaje y lo cargan en el avión pero no lo transportan hasta el avión, te dan una pegatina que te autoriza a viajar pero antes de confirmar que estás en la famosa lista, te ofrecen bebida pero te indican que debes comprarla en el pueblo, gritan el destino del próximo vuelo sólo para confirmar la gente que está esperando dicho vuelo… eso si, siempre se parten de risa cuando les haces cualquier pregunta para acabar contestando “oui”, sin que lo que preguntes tenga ninguna importancia…
Seguiremos informando…
1 comentario:
Pero este aeropuerto es casi tan divertido como el de Reus!!Que divertido!Me moría de la risa con lo de colarte en la pista de aterrizaje a negociar con los pilotos!Lo mejor de todo es que te veo!
Publicar un comentario