sábado, 6 de marzo de 2010

¿Cerrando el círculo?

Ayer quedé para comer con una antigua compañera de trabajo. Estaba con ella y en el mismo restaurante en el que quedamos ayer cuando me anunciaron que me iba un año a Chad. ¡Ya ha pasado un año!


Intento mirar atrás y me parece que ha pasado muy rápido; aunque cuando me paro a analizar todo lo que he vivido, me cuesta creer que fuera únicamente un año. Necesitaría varios blogs para explicar todo lo que me llevo de mi experiencia en el Chad, quiero pensar que yo también he aportado algo y que, de alguna manera, alguien seguirá acordándose de mí dentro de algún tiempo.



Yo tengo muy claro que nunca olvidaré las conspiraciones rebeldes, los encontronazos con las embajadas y ministerios, las conversaciones chadianas, los saludos interminables, el ritmo africano, los sms sorpresa, los mails de actualización, el apoyo de mi familia, los ánimos de mis amigos, las lecciones aprendidas de mis jefes, la vida con y sin Gi-Joe, las risas con Susana, las confesiones con Isabelle, la ironía con Alberto, las contra-petrisses con François, los gin-tonics con Pauline, las siete vidas de Marianne, los modelitos de los Beckham, las conversaciones interminables con Thomas, bailar descalza en MSF y Solidarité, la danza del vientre con Maroa, las gominolas con Jêrome, la música de mis chófers, el arroz de Mama Rachel, los cafés de Xavier, la sabiduría de Abakar, la alegría de Cristina, las acogidas del CICR, el surrealismo de Pablo, el reino de Kou Kou, las sonrisas de Djabal, la inmensidad del desierto…


No sé si es el final o sólo el principio… el tiempo lo dirá…


Seguiremos informando


PD: De momento estaremos de aventuras por el Sur.

2 comentarios:

The Father of dijo...

Los círculos no siempre se cierran....cuando ha entrado el gusanillo hay que buscarlo dónde sea. Ese camino ya hace tiempo que te gusta y las cosas que gustan no se abandonan fácilmente. ¡Bones vacances!.

Carra dijo...

Hola Cinta, intensa juventud la tuya. Toda esa riqueza que llevas en tu interior, no la perderas nunca. Y los amigos encontrados, tampoco. Ah, tienes una familia increible.Una familia que enamora.
Saludos.
Toni Carra